De nosotros
depende corregir los “errores” del Parlamento
En el diseño del
sistema republicano, el Poder Legislativo constituye un factor fundamental,
insoslayable y necesario. Su naturaleza democrática y representativa asegura la
participación de toda la sociedad en el gobierno del Estado. Sus integrantes,
nos representan y deben representar nuestros derechos y nuestros intereses.-
Este Poder del
Estado, legitimado por la voluntad popular, tiene diversas funciones dentro de
la estructura del Estado, entre las que – podemos afirmar
– las más relevantes son las vinculadas al ejercicio permanente del control a
los otros Poderes del Estado, a cuyo efecto, se le ha dotado de la facultad de
enjuiciar y remover a los más altos integrantes de aquellos (Presidente de la
República; Ministros de la Corte Suprema de Justicia, del Superior Tribunal de
Justicia Electoral, la Fiscalía General del Estado, entre otros).-
Otra de sus función,
no menos relevante, es la de dictar las leyes que regirán para la República,
organizándola y dotándola de un sistema jurídico que respondiendo a los
postulados del bien común, organice y regule el régimen de convivencia
ciudadano.-
Para el
cumplimiento de estas funciones, el Congreso deberá estar integrado por
ciudadanos probos, que entiendan el compromiso de representación que ejercen.-
La vida suntuosa,
el nombramiento como funcionarios del Estado de sus correligionarios y clientes
políticos, parientes, amigos y amantes, con salarios que no son pagados ni
siquiera en las más rentables empresas privada, viajes frecuentes e
injustificados, solventados con el fruto de nuestros impuestos, constituye el grosero
espectáculo al que nos han sometido, quienes nos representan, o por lo menos
debieran hacerlo, en el Legislativo.-
Si estos aspectos
no fueran suficiente muestra de la degradación de la calidad de nuestro
Parlamento, basta detenernos en el examen de la labor legislativa que viene
cumpliendo.-
El régimen legal
de la Inspección Técnica Vehicular es la demostración más clara de la falta de
seriedad y compromiso, con la sociedad. Este es un tema que, desde hace más de
seis años, no ha logrado una solución adecuada y definitiva.-
En el año 2008
fue presentado el primer proyecto de ley que establece la obligatoriedad de la
Inspección Técnica Vehicular, y un año después se dictaba la Ley Nº 3850. Desde
entonces, ha sido objeto de suspensiones, modificaciones y derogaciones en
cerca de diez oportunidades, vale decir, algo así como una nueva ley o un nuevo
régimen legislativo en la materia cada siete meses.-
El último acto se registró en la sesión de la Cámara de Diputados del jueves pasado, cuando el Diputado Oscar Tuma presentó un proyecto por el cual se suspendía por un año la Inspección Técnica en el Municipio de Asunción, “…argumentando que las calles y avenidas se encuentran en deplorable estado y es injusto que se le exija a la ciudadanía la inspección. Asimismo daba un plazo de un año a la Intendencia para que se arreglen, al menos, las avenidas y arterias principales para la aplicación de la normativa…”, según la Agencia de Información IP Paraguay.-
Otros diputados propusieron que el proyecto incluya a los demás municipios en los que la Inspección Técnica tiene vigencia, y así las cosas, el proyecto fue aprobado, sobre tablas, pasando a la Cámara de Senadores para su tratamiento.-
Si el “argumento” expuesto por los diputados durante su tratamiento, es efectivamente el que señalan los medios de prensa, podemos afirmar, sin temor a equívocos, que se trata de una medida carente de fundamentos y de corte claramente populista.-
Permitir que sigan circulando por las rutas, calles y avenidas, vehículos sin luces reglamentarias, dejando a su paso densas estelas de humo toxico, sin frenos confiables, ni las más mínimas condiciones de seguridad para sus ocupantes y terceros, so pretexto el “estado deplorable en que se encuentran aquellas, es castigar a todos por la ineficacia de las autoridades municipales y nacionales.-
Antes de dejarnos expuestos al peligro que representa la circulación de vehículos en malas condiciones, debieran pensar en adoptar medidas para mejorar la red vial nacional y castigar a las autoridades que no cumplen con sus obligaciones.-
La conducta de nuestros Congresistas, el modo en que administran y malgastan nuestros recursos, y la deficiente labor legislativa que cumplen, evidencian un claro ejemplo de su baja calidad Institucional.-
A nosotros, los ciudadanos, los electores, los contribuyentes, nos toca en suerte cambiar las cosas en el futuro, y para ello contamos con la poderosa herramienta del voto. En síntesis, de nosotros depende tener un Parlamento mejor.-
Jorge Rubén Vasconsellos